Un beso... Dulce amargura que por tus labios pasa, dulce esperanza que por mi alma resbala.

miércoles, 11 de enero de 2012

Un ápice de esperanza


Crees que todo ha terminado. 
Después de todo lo que te ha dicho, de como te ha hecho sentir, después de ver que no ha tenido en cuenta todo lo que hiciste por él. Ves que durante todo este tiempo no supo valorarte, y te das cuenta de que has estado perdiendo el tiempo.
Tratas de reaccionar a pesar de que ya sea tarde. Comienzas a decirte a ti misma que no vas a soportar algo así. Sabes que él hizo que dejaras de reír y derramaras lágrimas por él. Lágrimas que no sentía de la misma manera que tú, o más bien, que no sentía. Pero por mucho que te dices a ti misma para tratar de convencerte, parece que no funciona. Todo en vano. Es entonces cuando crees que ya ha terminado con tus fuerzas, todos tus sueños se desvanecen sin más porque, sin él, esos sueños para ti ya no tienen sentido. No te queda ni un ápice de esperanza.

Pero un día, cuando menos te lo esperas, aparece otra persona. Una que no conocías pero que con un simple saludo o una sola palabra, te hace sentir bien. Poco a poco os vais conociendo y empieza a sacarte sonrisas. Te hace reír de verdad después de tanto tiempo.

No sabes muy bien cómo, pero comienzas a olvidarte de todo lo que te pasó anteriormente, y vuelves a tener ilusiones de nuevo.

Entonces te das cuenta de que creías que todo en la vida se reducía a él, y ahora ves que no es así. Estabas demasiado ciega como para reconocer que te estaba haciendo daño.

Puede que este chico que consiguió hacerte reír de nuevo, que hizo que fijaras las pocas ideas claras que tenías y, que fue capaz de hacer que abrieras lo ojos sin conocer ni el más mínimo detalle de tu vida, sea tan solo una mera amistad.

Pero una amistad que se ha vuelto especial para ti, una amistad realmente valiosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario