Un beso... Dulce amargura que por tus labios pasa, dulce esperanza que por mi alma resbala.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Sonrisas disfrazadas


No es malo tener días en los que veo que las cosas no van bien. Lo que no es normal es que la gran mayoría de mis días sean de esos en los que todo va al revés.

Yo no espero tener la vida perfecta. No quiero llegar a lo más alto, ni tenerlo todo a mis pies. Quiero lo justo. Esa recompensa por todo lo que hago. Y con "recompensa" no me estoy refiriendo a cosas materiales porque de eso me sobra. Lo que pido es que la gente que realmente me quiere, me lo demuestre. Que me lo recuerden. Solo necesito que alguien me escuche. Que esa persona se acerque y me diga que está y seguirá estando ahí para lo que necesite y que, acto siguiente, me de un abrazo que dure el tiempo que haga falta mientras estamos en silencio. Me gustaría que hubiese alguien ahí a quien no le hiciese falta leer esto para darse cuenta de que estoy realmente mal. Totalmente hundida.

Por otra parte siempre quise encontrar a alguien con quien tuviera realmente afinidad y no nos moviese el interés. Alguien que no tuviese la patética necesidad de mentirme para conseguir que yo sienta algo. Por fin encuentro a esa persona, y seguramente todo se terminará yendo al traste por culpa de quien solo trata de hacerme daño.

Es bastante difícil ser la que está ahí para todo el mundo, independientemente de quien se trate, y la misma que no tiene a nadie para ella. También lo es, ver que mis sueños se destruyen en menos de un segundo. Y que cuando intento contarle a alguien cómo me siento, cosa que para mí es casi imposible dado que todo me lo guardo para no molestar a nadie, solo reciba un "son tonterías". No es sencillo darme cuenta de que mi vida se desmorona sin que, no por falta de intentos, pueda hacer algo.
Yo no pido un "te entiendo" sino un "te escucho".

Mi pregunta es: ¿Qué estoy haciendo mal?

Ahora me doy cuenta de que todo lo oculto tras una sonrisa y nadie se molesta en intentar ver lo que se esconde tras ese insignificante y, a simple vista, alegre gesto.